miércoles, marzo 04, 2009

Candelaria 2009: El Diablo detrás del Obispo y del Alcalde?

El pasado dos de febrero, Jorge Carrión, Obispo de la Diócesis de Puno, en plena celebración de la Misa por la Virgen de la Candelaria, preguntó al burgomaestre puneño “¿cuánto recibe por debajo (de las cervecerías)?, insinuando de esa forma que existe corrupción en la municipalidad.
El alcalde de la ciudad de Puno, Luís Butrón Castillo, remitió en la víspera una carta notarial dirigida al obispo de esta ciudad, Jorge Carrión Pavlich, para pedirle una rectificación sobre las acusaciones que dio en contra de la autoridad, ello, durante la misa de fiesta por la Festividad de la Virgen de la Candelaria.
En caso de que la autoridad eclesiástica se resista a dar una respuesta, se iniciaría acciones legales en contra de este personaje, informaron fuentes de la comuna puneña.
La misma acusación fue dirigida por el obispo contra el presidente de la Federación Regional de Folklore y Cultura de Puno, Javier Ponce Roque, quien en su respuesta pidió que el religioso también rinda cuentas de las recaudaciones que hace por las misas.

QUE OPINAS?

2 comentarios:

Anónimo dijo...

Todos en puno sabemos la plata que deja la fiesta de la virgen, pero seguramente el monseñor, sabe algo mas que no está diciendo...
Yo estoy a favor del Diablo!
Jorge Apaza
Bellavista

Anónimo dijo...

El Obispo Carrión ha hecho una denuncia pública por lo cual, le corresponde al Fiscal anticorrupción abrir proceso contra los denunciados. El padrecito Carrión se convierte en simple testigo y ahí tendra que presentar las pruebas, de lo contrario, es el propio Fiscal que abriría proceso a Carrión, por calumnia Más » y otros. La carta del Alcalde Butrón, como las amenazas del dirigente foclórico, son cortinas de humo para llegar a acuerdos por debajo de la mesa, con el propio Carrió. Veamos al pueblo como soberano, frente al cula nadie se debe de burlar y para esto tenemos autoridades legales competentes o incompetentes. Le corresponde juzgar a las autoridades pertinentes y al pueblo.

Jacinto Encinas