lunes, abril 26, 2010

En busqueda de Justicia

Como recordaran, en el articulo pasado tomamos como una labor ejemplar aquella desarrollada por el subprefecto de la provincia de Chucuito, el "misti" Mariano Vicente Cuentas, Amo y Señor de la mitad del altiplano puneño de los inicios del siglo XX.

Sin embargo, existe un episodio, con el cual nos podriamos formar una mejor visión de los hechos y la ejecucion de obras públicas en el departamento de Puno de aquel entonces, la referencia esta documentada en el diario "El Comercio" de Lima del 3 de noviembre de 1901.

"En búsqueda de justicia"

"Ayer por la mañana, se presentaron en las oficinas editoriales de este periódico, tres indígenas provenientes del distrito de Santa Rosa, provincia de Chucuito, en el departamento de Puno. José Antonio Chambilla, lllachura Mariano y Antonio Chambi, quien, agravado por el saqueo y los insultos que sufren y al no encontrar justicia por sus quejas de las autoridades locales, han participado en un agotador viaje a pie desde esa región hasta la capital con el propósito de pedir ayuda personalmente por el Presidente de la República.
La aparición de estos tres parias desgraciados; la narración de sus sufrimientos; el cansancio de su largo peregrinaje en la búsqueda de una solicitud que es un derecho de todo país civilizado, su ignorancia y servilismo: todo esto provoca, inevitablemente, la conmiseración y despierta una protesta en el espíritu de aquellos que conocen de primera mano los sufrimientos de estos pueblos
.... Nos dicen que no se presentaron ante el prefecto de Puno, porque no da mucho mérito a la denuncia .... Como resultado, decidieron embarcarse en un viaje a Lima para hablar con, según sus propias palabras, "un señor muy bueno y poderoso que es como un padre para todos y tiene la justicia en sus manos."
El gobierno debe investigar lo que está ocurriendo en esa provincia y atender a estas personas pobres, miserables, cuyo estado y completa ignorancia debe contribuir a despertar los sentimientos más vivos de la humanidad en las autoridades que son llamados a regresar a los indígenas los derechos otorgados a en la Constitución de la República. "

Eduardo López de Romaña

En 1901, el impacto que los tres hombres de raza indígena de Santa Rosa hizo que el presidente Eduardo López de Romaña y los medios de comunicación produciendo una llamada inmediata a los funcionarios gubernamentales locales en Puno para investigar la acusaciones. Sin embargo, los hombres indígenas no vian esto como una respuesta suficiente, dado que muchas de las autoridades de Puno fueron cómplices en la explotación de los pueblos indígenas. Unos días más tarde, los hombres formularon una nueva petición pidiendo una comisión oficial del Gobierno de viajar a Puno desde Lima para investigar las acusaciones de abuso.

Como resultado, en los primeros meses de 1902, la comisión de investigación del Gobierno, dirigida por Alejandro Maguiña, viajó a Puno, posteriormente se publicó un informe que condena los abusos cometidos por las autoridades locales contra las poblaciones indígenas.
En su informe, Maguiña criticó abiertamente a la población blanca, argumentando que sus acciones y el "sentido de superioridad" obstruido el "bienestar y el progreso" de la nación en su conjunto, haciendo que la mayoría de la población "los ciudadanos y los hombres sólo de nombre ".
Con su petición, los mensajeros recurrieron a sus derechos constitucionales como ciudadanos para hacer demandas sobre el estado y el estado respondió a algunas de esas demandas. Del mismo modo, los mensajeros llevaron a cabo sus responsabilidades como hombres y líderes en sus comunidades por los viajes de larga distancia a Lima a fin de solicitar garantías del gobierno para sus familias y comunidades. Llevaron el mensaje de que la violencia y las desigualdades traído el caos a sus familias, comunidades y medios de vida, que era perjudicial para la nación como un todo. Sus viajes a Lima, y los sacrificios que hicieron para viajar a Lima sabiendo de la posibles represalias que podrían verse afectados por las autoridades locales que se oponían a su activismo, eran una manera de reclamar y demostrar su capacidad y deseo de cumplir sus responsabilidades como hombres de sus comunidades y los ciudadanos de la nación. Las acciones de los mensajeros indígenas civilizados en Lima obligó al gobierno central para responder.

Los Mensajeros de Santa Rosa José Antonio Chambilla, Mariano Illachura y Chambi Antonio habían llegado a Lima para denunciar los abusos que se producen como resultado de una decisión del Gobierno en noviembre de 1900 de trasladar la capital administrativa del distrito de Santa Rosa a un lugar llamado "Huanacamaya" Mover el centro del distrito a Huanacamaya tenía como objetivo permitir la administración regional para tener un mejor control sobre el distrito, ya que era más convenientemente ubicado cerca de las principales carreteras de Santa Rosa. Dado que no hay edificios religiosos y administrativos existentes en Huanacamaya en ese momento, sin embargo, su traslado requiere construir edificios publicos. Como tradicionalmente se daba en situaciones como ésta, las comunidades indígenas de la región fueron reclutados por las autoridades locales para llevar a cabo la construcción en forma obligatoria.
En su denuncia, los mensajeros indígenas insistieron en que las autoridades locales los obligaron a trabajar ocho o diez días en la construcción de los edificios de la ciudad nueva, sin pago, bajo sancion si se negaban.
Los mensajeros denunciaron las autoridades locales por quitarles su libertad, y describen su trabajo como el de los prisioneros: "hemos trabajado bajo la vigilancia de los soldados de la guarnición [durante el día], y por la noche sin comida ni camas en un casa custodiados por guardias armados. "
Además, criticaron a las autoridades para actuar en forma tal que no conviene a honorables líderes peruanos. En concreto, denunciaron el vicegobernador, natural de Bolivia, quien dio la orden original obligando a las personas indígenas a trabajar en la construcción de la ciudad.

Además de traer las quejas acerca de los requisitos del trabajo forzoso, los mensajeros denunciaron el bombardeo constante de las tasas y multas que estaban obligados a pagar al gobierno local y los funcionarios religiosos, en particular para las celebraciones religiosas. Temían que la construcción de un nuevo pueblo en Huanacamaya, que tendrían que pagar el doble, ya que tendría que asistir a eventos religiosos en ambos pueblos. En su petición, también condenaron el uso ilegal de la "distribución forzada" (Reparto forzoso) en el que las autoridades locales obligan a las personas indígenas a vender su lana, y otros productos, a menudo a precios muy inferiores al del mercado.

Santiago Giraldo

Algunas personas fueron de gran ayuda en esta dificil tarea de los mensajeros: El sacerdote mestizo de la cercana ciudad de Pomata, Alberto Paniagua, por ejemplo, como apoyo, traductor y abogado, mientras estaban en la provincia de Chucuito. Cuando los mensajeros llegaron a Lima, se reunieron con Santiago Giraldo, un abogado y el congresista de Puno, que al parecer escribió los borradores finales de las peticiones presentadas al gobierno para que los mensajeros de Santa Rosa. En la primera petición presentada al gobierno, los tres mensajeros realizaron demandas específicas del gobierno. Pidieron que el gobierno prohiba todo el trabajo forzoso y ademas compensar a los miembros de la comunidad con dinero por las multas injustas e impuestos. Además, solicitaron que el prefecto de Puno se anule el metodo de compra del "Reparto forzoso" y la construcción de una escuela para niños en Santa Rosa.

Este articulo ha sido condensado de la Tesis Indigenous “Messengers” Petitioning for Justice: Citizenship and Indigenous Rights in Peru, 1900-1945, para obtener el grado de PhD de Victoria A. Castillo, en la Universidad de Michigan, 2009.

2 comentarios:

Roger Gonzalo Segura dijo...

Muy buen artículo.
Saludos,
Roger Gonzalo
rrgonzalo@pucp.pe

Roger Gonzalo Segura dijo...

Muy buen artículo.
Felicitaciones. Son pocos los trabajos con esta orientacion en internet.
rrgonzalo@pucp.pe