martes, julio 28, 2009

La "Ciudad de las Cajas Reales"

El 16 de noviembre de 1532, el Inca Atahualpa fue capturado por el ejercito de Francisco Pizarro, durante su cautiverio, Atahualpa ofreció pagar el más grande rescate jamas realizado en la historia de la humanidad, el rescate, como lo entendieron los españoles, ascendió a 971,125 pesos de oro y 40,860.3 marcos de plata, posteriores investigaciones indican que para evitar pagar el quinto real, Francisco Pizarro no dijo la verdadera cifra, cometiendo la primera defraudación fiscal a la Corona Española en el Tahuantinsuyo.
Mientras la habitación del Rescate se llenaba en Cajamarca con piezas de todo el imperio, una vez llegado los refuerzos de Diego de Almagro a Cajamarca, los propios españoles comenzaron a formar parte de las comitivas que traían los objetos de metal, y muchos volvieron de Pachacamac y del Cuzco con verdaderos tesoros.
En dicho contexto Don Diego de Aguero y Pedro Martinez de Moger, en enero de 1533, al mando de un grupo de 15 hombres a caballo e interpretes llegan por primera vez a la hoy ciudad de Chucuito, para realizar el saqueo de los templos de la peninsula, que guardaban gran cantidad de objetos preciosos.
Luego de pagado el rescate y despues de casi ocho meses de cautiverio, Francisco Pizarro reconoció que la promesa de Atahualpa estaba cumplida y sin embargo lo ejecutó el 26 de julio de 1533, rompiendo así el Primer Tratado entre la Corona Española y el Imperio del Tahuantinsuyo.
Tratadistas del derecho internacional, incluso hoy abogan que al no haberse respetado el Pacto, la Merced Conductiva (el rescate) debe devolverse.
En 1535, el mismisimo Ejercito de Diego de Almagro ocupó Chucuito y saquearon diversos pueblos del altiplano, logrando extraer del lago de Chucuito gran cantidad de piezas de oro, que originalmente los sacerdotes ocultaron al enterarse de la muerte del Inka.
En setiembre de 1546, llegó el primer sacerdote dominico, Melchor de Molina, quien fue reemplazado por Antonio de Santo Domingo y Domingo de Santa Cruz en 1547.
En 1548, el Virrey la Gasca, nombra como funcionario real de Chucuito a Diego de Mercado y en 1550 fija la tributación para los pobladores de la provincia de Chucuito.
Entre 1551 y 1555, fue Corregidor de Chucuito Pedro Enciso y entre 1557 y 1560 García Diez de San Miguel.
Con ellos se construyó la picota de Chucuito, debido a su condición de ciudad recaudadora de impuestos en "CAJAS REALES".
Las picotas son columnas de piedra ornamentada, sobre las que se exponían los reos y las cabezas o cuerpos de los ajusticiados por la autoridad civil, tanto caciques o españoles por no cumplir el pago de tributos a la Corona.
La pena de exhibición en la picota aparece ya legislada en el siglo XIII, en el libro de Las Partidas, de Alfonso X, considerándose la última de las penas leves a los delincuentes para su deshonra y castigo.
Un Decreto de las Cortes de Cádiz, de 26 de mayo de 1813, ordenó la demolición de todos los signos de vasallaje e humillación que hubiera en plazas del territorio español y de ultramar, sin embargo dicha norma nunca llegó a la peninsula de Chucuito.
Algun ciudadano ilustre, conocedor de los movimientos solares, debió colocar una placa de marmol y un indicador horario, para establecer la brillante transformación de la Picota de Chucuito en Reloj Solar.



Picota de Chucuito, 1928
Plaza de Chucuito, 1928

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