Algunas culturas occidentales y orientales, tienen una gran influencia filosófica y en algunos casos antropomorfica, del concepto de la Nada como idea objetiva, sobretodo las culturas de origen latino, principalmente convergentes en religiones monoteistas, las cuales idealizaron a un Ser Supremo que a partir de "La Nada" creo el Universo tal como lo conocemos. Esto no sucede el la cultura andina, tal como veremos más adelante.
Expresiones de diversas culturas vinculadas a la idea de "la nada"
Occidentales: Castellano, Francés, Alemán, Inglés, Ruso, Italiano, Griego, Hebreo
Orientales: Arabe, Mandarín, Persa, Hindi, japonés
La Nada en algunos casos está asociada a la tergiversacion de la realidad y corresponde a un segmento de la evolución del pensamiento humano para buscar raices del inicio de la particula inicial y el primer paso del universo.
Topología erronea asociada al absurdo y la Nada
Triangulo Imposible
En algunas culturas, La Nada tambien se asocia a la linea divisoria entre mundos paralelos, separados bajo un "limbo" o estatus "limbico", este concepto puede ser mucho mas extraordinario si la linea de separación se adimensiona y se elimina nociones del tiempo.
Universos Separados por ventanas virtuales
con caracteristicas propias
Existe también en algunas culturas una fuerte asociación entre "La Nada" y el "Infierno" y/o el "Purgatorio", donde aparecen espectros, figuras celestes y cuerpos astrales que interconectan las fronteras entre el mundo real y "La Nada".
Barquero "Caronte", encargado de llevar a las almas al inframundo
Otra idea de la Nada, que es mucho mas contundente cientificamente, está asociada a los agujeros negros, creados a partir de estrellas infinitamente densas, imaginen una cucharada de materia con el peso de toda la tierra, los cuales tienen un campo magnetico tan grande que es imposible hasta para la luz salir de ellos. Estudios recientes confirman que en los centros de cada galaxia existe un agujero negro masivo.
Agujero Negro Simulado con una masa de 10 soles en 600 km.
Cosmovisión Andina de La Nada
- Bajo premisas eurocentristas se ha hablado mucho de Wira-cocha como del Dios Creador andino. En realidad, se trata de una invención de los catequizadores españoles para sustentar los conceptos básicos de la evangelización. En el Perú antiguo no existió el concepto de creación ni el verbo crear —en el sentido de sacar de la nada— ni la idea de un dios demiurgo simplemente porque la nada, como falta absoluta de ser o de realidad, es una abstracción occidental. Por lo demás, la nada no existe precisamente porque es nada. En las mitologías andinas las cosas significativas surgen o aparecen por metamorfosis.
- En ninguna lengua del Perú antiguo existe la palabra nada, tampoco la noción de creación ni el verbo crear. La voz quechua kamay quiere decir "hacer algo nuevo". Tampoco existen las palabras ni los conceptos de Dios, sagrado, cielo, divino, infierno. Estas voces, como otras del vocabulario evangelizados fueron introducidas por los catequizadores.
Tiempo y espacio
- En la mentalidad andina, los conceptos del tiempo y del espacio no existen como abstracciones separadas, son nociones que surgen subordinadas a los seres y a los acontecimientos reales o ideales. Por las mismas razones que el conocimiento empírico de la realidad no se separa del pensamiento mítico, los andinos —por lo demás, como todas las personas profundamente religiosas— viven a la vez dos clases de tiempo: un tiempo real, de duración de los fenómenos naturales, y otro tiempo ideal y sagrado dentro del cual fluyen las imágenes míticas y tienen cabida los hechos mágico-religiosos sin ligazón con las secuencias lógicas del acontecer: es, por consiguiente, un tiempo circular y reversible en el que determinadas situaciones pueden ser reactualizadas por acción de los ritos. Sin embargo, en este tiempo paradójicamente intemporal el pasado es una categoría fundamental: antigüedad equivale a esencia, es por ello que al proyectarse los ideales en el pasado la mentalidad religiosa hace de él algo esencial, necesario, natural e incluso lo entiende como realizado, lo cual refuerza su razón de ser y su posibilidad de restitución.
De esta manera la historia, mejor dicho lo que puede entenderse como historia, es un pasado esencialmente mítico, concebido como la sucesión de "mundos" cada uno de los cuales es reemplazado por otro nuevo cuando entran en crisis las fuerzas regenerativas de la naturaleza o el orden moral de los hombres. Pero cada mundo "viejo" no desaparece totalmente sino que se incorpora a la tierra como una fuerza (ctónica) de las profundidades que sigue influyendo de alguna manera en el curso de los acontecimientos.
El espacio es eminentemente simbólico y las distancias se miden por el tiempo que uno se demora en recorrerlas de un lugar a otro. El tiempo no tiene cronología, es referencial y está referido a la regularidad de ciertos acontecimientos: salida y puesta del Sol, fases de la Luna, tiempo de siembra, de cosecha, de desyerbe, de cosecha a cosecha, de fiesta a fiesta. La edad de las personas no se mide por años sino por estados: niñez, adolescencia, madurez, vejez y, naturalmente, por su relación con hechos señalados que conmovieron a la gente hasta donde se los recuerda. El resto es leyenda. En un mundo donde el espacio no tiene distancias, ni el tiempo cronología todo es posible; tal es el caso del milagro, sólo que no depende de los humanos.
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